martes, 2 de octubre de 2012

¿Cómo comer de forma equilibrada?


Una alimentación sana tiene un efecto positivo sobre todo el cuerpo. Desde la salud en general, pasando por la capacidad física y psíquica, hasta el aspecto físico. Una buena alimentación se refleja en una piel sana. La clave está en el equilibrio ácidos- bases, cuando los ácidos superan las bases generalmente se producen dificultades digestivas y la aparición de la celulitis. Por eso, lo recomendable es:

Reducir el consumo de alimentos ácidos:
  • Carne de cerdo y vaca, embutidos
  • Conservas de pescado en sal o aceite
  • Leche, queso, comidas fritas
  • Ácidos cítricos
  • Nueces
  • Productos a base de harina blanca
  • Dulces
  • Café, té, alcohol y gaseosas
Aumentar el consumo de alimentos base:
  • Carne magra de ternera y ave
  • Pescado fresco y ligero
  • Verduras
  • Ensaladas
  • Fruta fresca, higos, bananas
  • Frutos secos
  • Aceites vegetales de primera presión en frío
  • Agua mineral
  • Té verde
  • Infusiones de hierbas
Extraido de Noticias Weleda www.weleda.com

domingo, 5 de agosto de 2012

El significado del síntoma y la oportunidad de evolución


Por Marcelo A. Ikonikoff, extraido de Revista San Rafael, publicación trimestral de la Fundación San Rafael

Se escucha muy frecuentemente hablar de síntomas. Escuchamos que son molestias de distinto tipo, relacionadas con alguna dolencia más o menos importante, más o menos insignificante, que afecta nuestra salud o nuestra calidad de vida. Se habla hoy en día mucho de “tratar los síntomas”. ¿Nos estamos perdiendo algo?

Surge un dolor, cuál es el motivo? ¿Qué subyace? Podemos pensar este síntoma como un alerta, como un llamado, como una señal, un pretexto. Tenemos que dirigir nuestra atención a algo propio que requiere nuestra atención o la de otro. Quizás algo que tenemos que conocer, o incluso dar a conocer a otro que es parte de la respuesta.

¿Acaso me permito mostrar este síntoma en lugar de otro motivo que no aparece, porque no me lo autorizo o porque no emergió todavía en mi conciencia? El síntoma es muchas veces el motivo revelado de la consulta. Su trasfondo podrá ser compartido con el médico en la medida que surja una relación de confianza para empezar un diálogo con él, pero también conmigo mismo.

El síntoma es un camino de acceso a mis procesos anímicos y a mis procesos de conciencia. Si la conciencia se hace más presente en una de mis manos sentiré quizá un dolor en esa localización. Si se hace presente en mi corazón, sentiré en su palpitar algo que de otro modo no sentiría. He ahí la oportunidad de una pregunta: ¿qué de lo anímico o de mis fenómenos de conciencia, tanto en exceso o deficiencia se relacionan con la aparición de este síntoma?

Así esas “molestias” van tomando un sentido nuevo. Encuentro, por ejemplo, que acompañan en forma reiterada a sucesos de mi vida que no puedo resolver satisfactoriamente. Descubro que empiezan en algún momento en que lleve algo “dentro de mí” y se me manifiesta ahora, cuando una y otra vez respondo de igual manera a lo que me presenta la vida.

Un síntoma es entonces mucho más que una molestia que posiblemente apunta a una enfermedad. Es una oportunidad de conocer más acerca de nosotros mismos, y este es un privilegio del ser humano. Al tener la posibilidad de pensar, ese conocimiento nos permite encontrar el sentido de las cosas que vivimos, su significado, que es el punto de partida para poder trabajar sobre nuestras reacciones y aprender de ellas. Esa conciencia de nuestras reacciones nos ofrece un camino hacia la causa del síntoma, lo que constituye entre, otras cosas, la posibilidad de la evolución.

Para decirlo con las palabras de un conocido médico de orientación antroposófica, podemos ver a la tierra como una escuela. Cada individualidad espiritual tiene que aprender “algo” a través de su encarnación en este mundo. A través de este vínculo se le presentan posibles escenarios donde le será factible hacer ese trabajo de aprendizaje. Así, la familia, su entorno, el país y la cultura brindan las condiciones para el desafío de evolucionar. El síntoma y la enfermedad son parte de ese plan, y nuestra manera de afrontarlo nos dirá que podemos aprender.

Bibliografia sugerida
  • La enfermedad como camino – Thorwald Dethlefsen y Rudeiger Dahlke
  • El hilo de la vida – Gudrun Burkhard

miércoles, 4 de julio de 2012

¿Por qué trabajar con la agricultura biológico-dinámica?


Hoy en día, tenemos graves problemas de salud general del planeta debido a que lo hemos tratado como si fuera un pedazo de roca muerta que va dando vueltas por el espacio.

Qué síntomas podemos observar como enfermedad? Cambios climáticos, crecimiento del agujero de ozono, calentamiento del planeta, escasez de agua dulce, etc, etc....

Si observamos un poco nuestro planeta, nos daremos cuenta de que tiene un sistema circulatorio, tanto en los ciclos del agua como en los movimientos que realiza el magma por debajo de las placas tectónicas. También podemos ver procesos de contracción y expansión en su atmósfera y en capas gaseosas más alejadas, así como ritmos diarios y anuales que podrían muy bien compararse con procesos de respiración. Tiene temperatura propia y recibe energía del cosmos circundante, la transforma y aprovecha de distintas maneras. Otra forma de mirar el planeta Tierra es en su conformación física: veremos que tiene un hemisferio norte repleto de masas continentales, en cuanto que el hemisferio sur solo presenta pequeñas puntas de estos continentes y el resto es todo océano e islas.

Sería muy largo seguir describiendo todas las formas que nos muestran que no se trata de un trozo de mineral muerto. A partir de éstas y otras observaciones podemos aceptar que nuestro planeta es realmente un ser vivo. Si podemos ver esto, más aún podremos ver que nosotros y todos los seres vivos que pueblan esta tierra, dependemos, para nuestra existencia física, de la vitalidad de esta tierra. Los pueblos antiguos lo sabían muy bien y por eso la llamaban "Pachamama" (Madre Tierra).

A lo largo de la historia de la humanidad, los seres humanos hemos logrado aumentar cada vez más nuestro poder y nuestra capacidad para interferir, transformar, tanto en favor como en contra de la salud del organismo Tierra.

La humanidad tiene grandes metas a cumplir, pero si no comenzamos a cuidar la Tierra que nos da el sustento, no podremos tener la salud necesaria, para llevarlas a cabo. Todo está en nuestras manos, de la misma manera como nosotros dependemos de la vida y de la salud de la Tierra, esta vida y salud solo pueden ser dadas a la Tierra por nuestro modo de trabajarla, y de actuar en ella, no hay retorno al pasado. La vía no puede ser volver a sistemas ecológicos no tocados por el hombre, no alcanza con unas cuantas reservas naturales repartidas por el globo mientras usamos herbicidas en millones de hectáreas y hacemos pruebas nucleares que son un ataque directo a las fuerzas de vida del planeta.

El camino es trabajar con la naturaleza y no en contra de ella. Para esto es necesario comprenderla, conocerla, observarla; no como a un ser muerto sino como a un ser vivo.

La Agricultura Biológico-dinámica (ABD) propone en primer lugar partir del cuidado del suelo. Mejorar la fertilidad, a través del uso de abonos y preparados que vivifican el suelo.

Algunas de las técnicas que ayudan a lograr este fin son: la elaboración de compost, utilización de estiércoles fermentados, purines, macerados de plantas, abonos verdes, rotaciones y asociaciones de cultivos, cercos vivos, espacios para la vida de la flora y fauna nativas integrados en las áreas de producción, cobertura del suelo, sistemas mixtos agrícola-ganaderos. Utilización de preparados homeopáticos que logran aumentar la actividad biológica del suelo, mejorar la calidad nutritiva de los alimentos producidos, aumentar la resistencia de las plantas y animales a las plagas y enfermedades, intensificar la captación de influencias cósmicas por parte de las plantas, intensificar la formación de humus en el suelo.

La ABD se basa en crear en cada situación particular un agro ecosistema único al cual se le llama organismo agrícola. Este va tomando la fuerza y salud propia en la medida en que se va convirtiendo en una individualidad agrícola completa. Ya se ha mencionado que no solo se trabaja con las fuerzas de la tierra sino que también se toma en cuenta las fuerzas provenientes del cosmos, es decir las influencias de los ritmos solares, lunares, de las constelaciones del zodiaco y de los planetas de nuestro sistema solar.

Este tipo de agricultura requiere muy pocos insumos comprados afuera, ya que procura producir dentro del organismo agrícola la mayoría de los abonos necesarios, forrajes para los animales, y plantas y animales para la producción.

Es también importante para la ABD, vista así como un organismo equilibrado, el insertarse en un organismo social más amplio, para ello abre sus tranqueras a distintas iniciativas sociales, terapéuticas o educativas.

El trabajo con la tierra tiene un efecto sanador sobre el hombre.

Resumiendo un poco: Los alimentos producidos de esta manera otorgan fuerzas y salud a quien los consuma. El trabajo de la tierra, si es hecho en el sentido de sanar la Tierra y devolverle fuerzas de vida, también sana a quienes lo realizan y a quienes entran en contacto con dicho trabajo. El equilibrio que se intenta conseguir en el sentido biológico-ecológico también se procura en el sentido social, tanto de las relaciones sociales entre quienes trabajan la tierra, como con la sociedad.

Trabajar con este tipo de agricultura no es nada fácil y estamos al comienzo del camino, pero creo que con este trabajo se puede aportar soluciones para un futuro mejor.

Diego Vergelin, Agricultor Biológico- dinámico

Extraido de “Temas de interes desde un punto de vista antroposófico”, web Casa Steiner.

sábado, 9 de junio de 2012

La alimentación en la época escolar


El niño que llega a la edad de aprendizaje escolar está más solicitado por sus órganos nerviosos y sentidos. Debe recibir una alimentación rica en raíces como zanahoria, remolacha, nabo, rabanito y ciertas nueces (especialmente avellanas).

En la edad escolar podemos diferenciar a los niños, de acuerdo con su temperamento, en cuatro tipos fundamentales:

1 -  El niño colérico: fogoso, fuerte y dominador, osado y hasta agresivo, de andar fuerte y acompasado, que reacciona a las oposiciones y es autosuficiente. Para esos niños la alimentación rica en hojas y tallos es importante; no se le debe dar avena y sí centeno y frutas. También raíces y de preferencia crudas: zanahoria, apio y nabo. Deberán recibir carne y legumbres (arvejas, porotos, lentejas) en poca cantidad.

2 - El niño sanguíneo: leve, aéreo, “burbujeante”, distraído, despierto y activo, en general sin paciencia para comer. Esos niños deberán recibir trigo, centeno, harinas, nueces y así mismo carne para que se vuelvan más ligados a la tierra. Los dulces deben ser evitados. Las sustancias amargas son adecuadas.

3 - El niño flemático: El niño es indolente, lento, pausado, muchas veces linfático, alegre y satisfecho de sí y de la vida, y tienen mucho interés por la comida. Para esos niños reducimos los hidratos de carbono y las grasas. Los condimentos para ellos deben ser estimulantes. La leche no es muy recomendada pero cuando se le da, debe ser acidificada. Las frutas ácidas y el limón son muy indicados; vegetales principalmente raíces y frutas (menos banana y palta). De los cereales podemos dar avena y arroz sazonado con curry principalmente.

4 - El niño melancólico: Terrestre, muy vuelto para sí, de aspecto precoz, pálido y triste, con dificultad de comunicación, “sufridor” y soñador. La alimentación de ese niño deberá constar de frutos dulces, miel, cereales (usar bastante avena y cebada), vegetales de hojas, frutos y flores, condimentos, un poco de carne blanca, dieta mixta y estimulante. Una alimentación pesada no le hará bien.

Si el temperamento es muy unilateral, podemos ayudar a equilibrarlo a través de la alimentación.

En la edad escolar debemos principalmente tener en cuenta el ritmo de la alimentación, pues en el segundo septenio (de los 7 a los 14 años) todo se arraiga profundamente en el ser, tanto las buenas como las malas costumbres alimentarias. Es esencial implantar un ritmo sano para el resto de la vida.

Como en esta fase los sistemas rítmicos del organismo se armonizan, debemos tener una alimentación rica en hojas y tallos. Aquí la grasa existente en las hojas también desempeña un papel cualitativo. El magnesio de las hojas actúa sobre la armonía del corazón. Todos los cereales son ricos en magnesio. El trigo, el centeno y la cebada fortifican el corazón y el pulmón. También en la edad escolar tenemos que tener en consideración el siguiente hecho: nuestro cerebro es muy sensible a la falta de sangre. El azúcar es esencial para la actividad cerebral. Una hipoglucemia lleva a perturbaciones de la conciencia, provocando hasta el shock con desmayo. El metabolismo del azúcar está regulado por la vitamina B1. El cereal forma azúcar al germinar y durante la digestión. La mejor fuente de azúcar cerebral son los cereales integrales, pues contienen la tan necesaria vitamina B1, además de los hidratos de carbono transformados en azúcares por la digestión. Ella es la vitamina del sistema nervioso. Alimentando a los estudiantes con harina blanca y azúcar, sin vitamina B1, vamos a  observar falta de concentración y nerviosismo.

Casi el 70% de los niños sufren de falta de vitamina B1 y, consecuentemente, de la hipoglucemia cerebral. La causa de esto es, frecuentemente, la falta de un desayuno y de una merienda adecuada. El rendimiento escolar cae. ¿Cómo corregir esto? Dosis de azúcar, dulces, caramelos y helados no resuelven la situación, por el contrario, la empeoran, pues una elevación rápida del tenor de azúcar en la sangre da una brusca baja posterior y el cansancio y la dificultad de concentración aumentan. ¿Cuál sería entonces la merienda ideal? Raíces, principalmente zanahoria (que contiene azúcar) además de pan integral (el grano permanece con la cantidad de vitamina B1).

Las proteínas del sistema nervioso son muy inestables y ligadas a los minerales, especialmente el hierro. El mediador entre el espíritu y la materia es el fósforo, a nivel del sistema nervioso. Las proteínas que nutren al sistema nervioso deben estar ligadas al hierro y al fósforo, y ambos están en los cereales. Por lo tanto, realmente, los cereales integrales y, especialmente los de abono biodinámico (donde hay una mayor tasa de proteínas) son los mejores alimentos para el niño en edad escolar, ayudándolo a concentrarse. Todavía hay que mencionar a las frutas secas, especialmente a la avellana, que son óptimos alimentos para el cerebro.

Al llegar a la pubertad vamos a tener poca influencia sobre la alimentación del joven. El apetito aumenta a veces exageradamente, necesitando que se refrene para no desarrollar una obesidad. Chocolate, alcohol y exceso de huevos deberán ser evitados para no aumentar el acné juvenil. La alimentación se debe mantener lo más integral posible, aunque la influencia de los padres se vuelva cada vez más difícil. Pero el joven que recibió desde pequeño una alimentación integral, aunque la abandone por algunos años, después de algún tiempo volverá a ella por necesidad y convicción propia. Por otra parte, los adolescentes que buscan una alimentación más natural, o así mismo vegetariana, deben ser respetados. En la pubertad los órganos metabólicos, reproductores y el sistema locomotor se desenvuelven. Los cereales (germen y proteína) son muy importantes, no por la cantidad, sino por la cualidad. Los frutos también son importantes. En la pubertad aparece frecuentemente el problema de la aceleración: un desenvolvimiento corpóreo grande sin el desenvolvimiento psíquico que acompañe al individuo. El consumo elevado de carne puede llevar a esto. El hierro es el polo frenador de la proteína. Él ayuda a mantener al cuerpo en sus límites. El hierro es el elemento de la acción, por lo tanto es necesario en la época de la pubertad. Nuevamente, aquí el pan negro contiene siete veces más hierro que el pan blanco. Las frutas secas y hojas verdes ricas en hierro y también las leguminosas son adecuadas en esa fase.

No es necesario mencionar que todas las conservas, enlatados y alimentos frizados están contraindicados en el menú del niño. Si se le quiere dar una alimentación que contenga carne, que ésta sea fresca y natural. En cualquier conserva, así mismo el yogur, que no está preparado en casa, encontramos conservantes, colorantes, endulzantes artificiales, derivados químicos y tóxicos, que son, según el profesor Bauer, “productos a los cuales nuestro organismo no se adaptó en su evolución milenaria” y que el hígado no es capaz de desintoxicar, permaneciendo como islas extrañas en nuestro organismo capaces de desencadenar procesos cancerosos.



Gudrun Burckhardt

domingo, 27 de mayo de 2012

Busqueda y adiccion - 5ta. parte -


La relación entre búsqueda y adicción nos señala otra característica que nos parece sintomática para la aparición de la adicción. Es el antiguo truco que conoce todo cómplice al servicio de la seducción – los cuentos nos brindan impactantes ejemplos de ello-, que de ningún  modo se nos presentan como prototipos de lo diabólico, sino que tratan de agradarnos detrás de la máscara del bien. Tal táctica de enmascaramiento, que podemos reencontrar fácilmente en diversas formas de auto-justificación, pone aún más en evidencia la necesidad de enfrentar los fenómenos de la vida con conocimiento de causa, asegurándonos así paso a paso nuestro camino individual de búsqueda.

A causa de su enmascaramiento bajo el manto de la búsqueda, y porque promete cumplir el anhelo, no es infrecuente que confundamos la adicción con sus formas previas. Pero asimismo también existen señales importantes por las que la actitud de búsqueda puede ser diferenciada del hábito contrario. Complementando las ya expuestas, para finalizar mencionemos aquí algunas más:



-          La búsqueda se renueva cada día, y aún a cada momento. Su repetición se llama renovación

-          La adicción es el principio de lo eternamente igual en repetición estereotipada. Sólo las sustancias que producen adicción y la barrera de tolerancia con respecto a su efecto, obedecen a cambios. Precisamente porque la búsqueda en todo momento debe ser nueva, lúcida y realizada en libertad, y porque en general resulta tan incómoda, amenaza fácilmente con degenerar en costumbre, rutina y finalmente en adicción

-          La búsqueda se desarrolla a partir del anhelo por lo espiritual

-          La adicción seduce esta nostalgia y la fija a la materia. Finge liberación y espiritualidad mientras actúen sus componentes

-          La búsqueda es una determinación del futuro, que apunta al hombre que será

-          La adicción es un dominio desde el pasado en que se había instalada fisico-psíquicamente. No apunta a lo que el hombre llegara a ser, sino a la destrucción de lo que es

-          La búsqueda requiere cautela

-          La adicción restringe el ángulo visual a la materia que exige

Se encuentra, para buscar, porque la búsqueda trasciende todo hallazgo y por lo tanto también el umbral de la muerte como experiencia continuada de referencia espiritual, que es infinita. Por el contrario, la adicción obliga al hombre a atarse a los sustitutos del hallazgo, que están al alcance terrenal. “Quien no pueda buscar cual un pretendiente, quedara cautivado por el falso hechizo de los siete velos”. También quien busca va por mal camino. Pero no lo sigue si tras los velos engañosos recuerda su refulgente motivo principal. El hecho de percatarse del error actúa como desilusión en un doble sentido:

La realidad causa dolor, pero realza el motivo principal: “Me estoy buscando en el espíritu. Estoy en camino hacia el espíritu, o sea hacia mi” (Rudolf Steiner)

Peer de Smit, extraído de la revista “Actualidades Weleda”

viernes, 25 de mayo de 2012

Busqueda y Adiccion - 4ta. parte


Adicción y evasión

La experiencia nos enseña que quien busca, debe poner el mayor empeño en la búsqueda; requiere gran cautela ya que debe observar cielo y tierra al mismo tiempo, si mientras corre detrás de supuestas metas no quiere perder el “objeto” de su búsqueda, ya que con frecuencia ni siquiera tiene todavía una clara imagen de él.

Evasión y fugacidad determinan la adicción; la atención y el adecuado ritmo del movimiento caracterizan la búsqueda. Sea cual fuere la causa de la evasión y quizás la haga imprescindible para la vida, es la resultante de una presión interna o externa. Es notable la manera en que la conducta de la adicción casi siempre está acoplada con una evasión específica. A partir de una profunda nostalgia, la adicción seduce para la evasión de la búsqueda que, por sus pretensiones, esfuerzos y padecimientos, requiere del hombre precisamente aquellas fuerzas destruidas por los sustitutos de fuerza que provee la adicción de estimulantes.

Los anhelos no cumplidos, que no logran realizarse en el camino de la búsqueda y del arrebatarse concretas posibilidades de acción, se conglomeran en un poderoso torbellino de evasión, al que satisface el torrente de todas las sustancias estimulantes y causantes de adicción que prometen felicidad a corto plazo. La mera retrospección a un solo día nos puede dar una idea duradera de los múltiples subterfugios e intentos de evasión, aparentemente solo ínfimos, y de la agitación y ansiedad – como si se tratara de una fuga-, que dominan a muchos de nosotros. Sea la evasión hacia el trabajo, con la que intentamos olvidar nuestras preocupaciones privadas, o quizás sea la evasión a los hábitos del llamado tiempo libre en la sociedad de consumo, con los que nos engañamos respecto a nuestra realidad de vida; en ambos casos vamos a parar a una situación que contradice fundamentalmente el principio de búsqueda aquí insinuado. Tal “desacierto” por lo menos contribuye a fortalecer la predisposición a la adicción. Tarde o temprano nos hará indefensos frente a la intervención de lo material o sensorial que nos debilita, en lugar de permitir que nos fortalezcamos. Muchas veces recién reconocemos la adicción como desvió de la evasión, cuando sin ayuda externa ya son inalcanzables tanto el camino de retorno como un nuevo comienzo.

viernes, 18 de mayo de 2012

Busqueda y adiccion - 3ª parte -


Busqueda y nostalgia

Cuando el poeta y filósofo alemán Friedrich Holderlin escribió: “Nosotros no somos nada, lo que buscamos es todo”, con ello quería señalar el estado todavía incipiente de evolución en que nos encontramos en relación con el mundo de los ideales espiritual-divinos.

Aquello que conmueve y altera nuestro ánimo cuando hemos perdido algo querido, puede ser llamado tristeza o nostalgia. Es la movilización psíquica, todavía no formada, hacia lo perdido. La formación y formulación de nostalgias y anhelos es lo que podemos llamar búsqueda. Bajo este aspecto, todas las religiones y filosofías son formulaciones de nostalgias, que intentan ordenar razonablemente la vida en relación con lo perdido y anhelado.

Ahora bien, constituye un hecho observado por cada quien en sí mismo y en los demás, que las nostalgias no formuladas durante largos periodos pueden convertirse en acciones dominantes. La nostalgia contenida, que no logra formularse como capacidad de búsqueda de las concretas posibilidades de acción, amenaza con descargarse en cortocircuitos. Las nostalgias son preguntas no formuladas. Todo cuanto no sea formulado se evidencia como particularmente expuesto a la adicción, que transmite pseudoformas en el sentido de apremiantes esquemas de acción.

De esta manera lo expreso una vez Rudolf Steiner en forma determinante durante una conferencia: “Todo debe estar relacionado con el cuidado que hemos de tener para al final tener pensamientos correctamente formulados, frente a los que podamos asumir la responsabilidad de acostumbrarnos a considerar en general el pensamiento como una búsqueda”. Tal formación de pensamientos con miras al hombre responsable constituye la primera fuerza contraria al principio de adicción. El hecho de cultivarla, debería ser una premisa dentro del campo de acción pedagógico, pedagógico-social y terapéutico con respecto a la manía o adicción.

Adiccion y tentacion

Todo cuanto nos incorporamos durante un tiempo prolongado a través de los órganos sensoriales como alimento psíquico y a través de nuestro metabolismo como alimento físico, sin desplegar en ello nuestras fuerzas propias, en una primera fase actúa como debilitamiento, en la segunda como dependencia. Todo hombre medianamente sano dispone de un considerable potencial de fuerzas orgánico-corporales y psico-espirituales. Pero radica en la naturaleza de tales fuerzas, que se atrofian cuando no son evocadas y desplegadas. Ahora bien, pertenece a las cualidades esenciales de prácticamente toda sustancia estimulante (a diferencia de los alimentos propiamente dichos), que sustituyen fuerzas en lugar de activarlas y desplegarlas. Esto atañe a las fuerzas imaginativas o de la fantasía, al igual que por ej. las fuerzas de defensa propias del cuerpo. Tal reemplazo de fuerzas tiene como consecuencia que precisamente aquellos sustitutos de fuerza que producen el debilitamiento, se requieren para compensar continuamente el debilitamiento. Ellas ligan al hombre a la materia. Las sustancias que producen adicción pueden definirse globalmente como estimulantes tóxicos. La mayoría de ellos se encuentran en uso como poderosos “dispensadores de fuerza”, como tranquilizantes, para facilitar una adaptación, como relajador psíquico, para la concentración o la imaginación de imágenes fantásticas. Una característica fundamental en nuestra relación con los estimulantes – a los que naturalmente también pertenecen los diversos productos de la industria del esparcimiento- es el peligro siempre latente de sucumbir ante las multifacéticos promesas de placer o fuerza: cedemos ante la tentación “tenemos debilidad por algo”. A ella apunta la seducción para el consumo a través de la oferta y la publicidad. El principio del placer adquiere dinámica propia. La vida psíquica llega al punto muerto, porque ya no se le ofrecen objetos en que logra activarse.

El principio de la tentación – tal como ya lo enseña el mito del pecado original – también forma parte de la libertad y por lo tanto de la búsqueda, del mismo modo en que la sustancia psíquica pertenece a la nostalgia, a partir de la cual se forma la búsqueda. Como adicción también se manifiesta la tentación exitosa como una forma de seducción para alejarse del camino de búsqueda, apoderándose de la nostalgia. La tentación muchas veces se encuentra al comienzo de un recorrido bajo la fascinación del anhelo. Por lo tanto, el anhelo o la nostalgia aparecen como resultados de una tentación de la búsqueda. 


Peer de Smit - Extraido de la revista "Actualidades Welleda"

sábado, 12 de mayo de 2012

Busqueda y Adiccion - 2ª parte -


Adiccion y libertad

En rigor, inicialmente existe un único ámbito en el que la libertad es posible. Únicamente en el ámbito de nuestra conciencia viva estamos en condiciones de disponer con total libertad sobre nuestros actos. Son infrecuentes los momentos de libertad, ya que no duran un segundo más que el pensamiento que plasmamos conscientemente. En toda otra actividad en al ámbito de la vida psíquica, y totalmente en el de lo corporal-orgánico, estamos sujetos a determinaciones sobre las que no disponemos en total libertad. Para dominar el dolor se requiere mucha fuerza, la actividad de nuestro hígado queda fuera de toda influencia volitiva. Pero si por ejemplo deseamos renunciar en verdad voluntariamente a alguna cosa, siempre tendremos que actualizar, una y otra vez, nuestra decisión. Su eficacia emerge de la formación libre del pensamiento. La vía que conduce a la acción libre pasa necesariamente a través de nuestra conciencia y exige el conocimiento de aquello a favor o en contra de lo que deseamos decidir libremente. Lo que no somos capaces de diferenciar también quedará excluido de nuestra capacidad de decisión.

Para comprender la problemática de la adicción, determinada esencialmente por el momento de la coacción y la no-libertad, la reflexión sobre el concepto de la libertad será mas deseable cuando se buscan las posibilidades de solución e intentos terapéuticos no solo en el sentido de restituir la “normalidad” y readaptar al paciente a las condiciones sociales, sino con miras al hombre libre, vale decir también capaz de asumir la responsabilidad de sí mismo.

La adicción da testimonio de la patología de la búsqueda, lo que significa la perturbación de un principio que impulsa de las maneras mas variadas el desarrollo del hombre tanto en sentido biográfico como también de la historia de la humanidad, lo corrige y lo liga con el mundo de la realidad esencialmente espiritual. 

lunes, 7 de mayo de 2012

Búsqueda y Adicción - 1ª parte -


El concepto de la adicción

Son muchas las personas que todavía ligan el concepto de la adicción solamente a aquellos fenómenos que se manifiestan como afecciones agudas y por lo general de larga duración, como secuelas del continuo abuso en el consumo de sustancias toxicas. Se propone aquí principalmente incluir también las primeras fases de la adicción, en las que una conducta “común” y habitual de improviso puede convertirse en manía. La manía o afán constituye una perturbación mucho mas común en la vida psíquica del hombre, de lo que generalmente se supone (manía persecutoria, manía egoísta, manía por las modas, afán de agradar, de dominar o de criticar). El grado de su efecto perjudicial para la salud depende tanto de la intensidad de esta actitud maniática, como también de la toxicidad de las diversas sustancias que producen adicción. Los fenómenos de adicción, como la manía de la delgadez o la pasión por el juego, demuestran bien a las claras, que de ninguna manera únicamente el abuso del alcohol, los medicamentos o las drogas alucinógenas inducen procesos aniquiladores de la existencia. La adicción de alguna manera puede servirse de cualquier medio proveniente del ámbito sensorial y material. Todo puede convertirse en "droga".

Sin duda, no resulta exagerado hablar de los alcances epidémicos de la conducta de adicción en la civilización actual. Cada uno de nosotros encontrara actitudes dentro de su propia vida habitual, que por lo menos no puedan considerarse totalmente libres del carácter de adicción. Una vez habría que hacer la prueba y renunciar durante un mes a una comodidad acostumbrada o prescindir de algún goce habitual, sin sustituir simplemente el objeto de la renuncia por otro. Resultara fácil convencerse de las dificultades que presentan tales empresas. Las fuerzas que debemos poner en juego son considerables. Muy pronto advertiremos nuestras limitaciones, nuestras restricciones y allí donde suponíamos poder acceder en todo momento a un amplio campo de libertades, a los pocos pasos ya tropezamos con obstáculos invencibles.

Peer de Smit, extraido de la revista “Actualidades Weleda”

domingo, 8 de abril de 2012

Alimentacion hoy

Por poseer cuerpo, alma y espíritu, la alimentación del hombre difiere de los animales. Todos los alimentos que el hombre ingiere tienen que ser digeridos y transformados interiormente para que sean susceptibles al obrar de las fuerzas anímico - espirituales. Estas con gran sabiduría construyen y modelan el cuerpo a la medida de su destino. Nadie entre los múltiples millones de seres humanos, posee el mismo patrón genético o huellas dactilares. El sello individual de cada espíritu impregna minuciosamente todo el cuerpo. Si esto resulta extraño también resultará pretender que sean los mimos ladrillos de una construcción, los que se ordenen para dar la forma a una casa. El arquitecto diseña la forma de una casa como el espíritu la suya. Así podremos entender que la nutrición concierne al hombre entero, es decir, no sólo al cuerpo separado de lo anímico - espiritual sino al cuerpo que es resultado del obrar de las fuerzas anímico espirituales.


Hasta la segunda dentición el niño crece desde las fuerzas formativas que irradian desde la cabeza hacia todo el cuerpo, es decir que en alimentación hay que diferenciar las diferentes fases de desarrollo. En los primeros siete años de vida la nutrición del polo cefálico es primordial.

Sabemos hoy día que las necesidades energéticas del cerebro son cubiertas por el azúcar sin posibilidad de sustituto. La leche materna, notablemente rica en azúcares, juega un rol importante al igual que los cereales, los mejores sucesores de ella. No hay nada mejor para un bebe que la leche materna y los cereales. Ellos dan al cerebro en vías de desarrollo la posibilidad para que el pensar tenga un instrumento adecuado. La alimentación de los futuros padres y la embarazada con cereales, en especial centeno y trigo, ayuda en esta dirección y la miel consumida durante el embarazo ayuda a una correcta formación ósea del futuro bebe.

La avena, el arroz y el trigo por su riqueza en fósforo son importantes para el proceso pensante y el metabolismo. La cebada, el centeno y trigo por su riqueza en hierro (la harina integral contiene siete veces más hierro que la harina blanca) ayudan no sólo en la anemia, sino también en el cansancio, debilidad de concentración y apatía escolar. Tenemos que aclarar que cuando hablamos de cereales y azúcares no estamos mencionando a los refinados, inapropiados para la alimentación tanto infantil como adulta. Las golosinas, galletas y panes blancos, etc, obstruyen el aprovechamiento del azúcar a nivel cerebral. Esto es debido al proceso de refinamiento que elimina las vitaminas y minerales. En tanto que los azúcares y cereales integrales los poseen y en tal armonía que facilitan su aprovechamiento, despejando las funciones del pensamiento, concentración y demás funciones corporales, tanto en niños como en adultos. 


Los vegetales, verdaderos acumuladores de luz por los procesos fotosintéticos, tienen que estar en abundancia especialmente en la dieta infantil. Ellos fortalecen el sistema metabólico a la vez que despejan la mente. Aquí mencionaremos el uso de la ortiga en sopas y ensaladas, ella es una verdadera maestra en el uso y aprovechamiento del hierro. Las avellanas son verdaderas nutridotas de nervios por lo que se les puede dar a los niños para llevar al colegio al igual que las manzanas y las zanahorias. Las raíces como las remolachas y zanahorias vigorizan los procesos cerebrales y desde el polo superior hacen sentir su beneficio en el polo abdominal, ayudando también en casos de parasitosis y su prevención. Lamentablemente los abonos minerales disminuyen el contenido de luz de los vegetales. 

En relación a las proteínas, las más adecuadas provienen de la maravillosa triada de los cereales, lácteos y frutas;  aunque estas últimas no las poseen en abundancia, tienen lo necesario para estimular el metabolismo proteico. En caso de consumo de proteína animal (carne) 20grs. diarios son suficientes y cuanto más pequeños, poca carne y preferir la blanca. La excesiva importancia que se le dio al consumo de carne ha producido excesos, sólo mencionamos el aceleramiento del crecimiento corpóreo infantil no acompañado de una maduración anímica, nerviosismo, excitabilidad, irritabilidad, agresividad y pérdida de instintos sanos en niños y adolescentes (estamos hablando sólo del aspecto nutricional).  Además propicia la tendencia precoz a la arterioesclerosis. La soja no es alimento adecuado para el hombre porque obstruye al organismo para ser portador de fuerzas anímicas espirituales adecuadas.
  
A nuestro alcance tenemos los ritmos, nuestro organismo vive con el ritmo natural anual y la  Naturaleza con sus ritmos nos proporciona generosamente lo adecuado para cada estación. La maduración de los vegetales y frutos por el sol de la estación, hace que los azúcares adquieran una cualidad y sabor superior que si maduraran en los frigoríficos. Es aconsejable comer lo de la estación y bien maduros. También hay un ritmo diario del organismo, se digieren mejor las proteínas por la mañana y mediodía y los hidratos de carbonos por la tarde y noche. Las distintas partes de la planta, actúan en diferentes regiones del organismo; en el menú podemos reconstruir la planta empleando raíces, hojas, frutos, granos, etc. Cubriendo así todo el organismo.

El comer los alimentos en un ambiente en armonía, masticando y saboreando lo que se come sin inundarlos con líquidos durante la comida, hace a la alimentación.

Actualmente se está perdiendo el instinto de lo que es calidad de los alimentos. Los seres humanos se dejan influenciar por manipulaciones artificiales en el olor, sabor, color de los alimentos que inducen a falsas necesidades alimenticias y frustraciones anímicas, al mentir al organismo con falsos sustitutos. Además se genera avidez en vez de un hambre sano.

Ya en el año 1967 el congreso internacional de dietología de Hamburgo concluye que la causal de 30 enfermedades era por una alimentación defectuosa e insuficiente. La ignorancia jugaba un papel fundamental. El 40% de la humanidad posee enfermedades del hígado, las caries dentales son habituales, aumentan cada vez más las alergias. 


Los cultivos vegetales, la manipulación y elaboración de alimentos ha llegado a la situación que no sabemos qué comemos cuando comemos. Prácticas agrícolas erróneas junto con el empleo de fertilizantes no apropiados usados en cantidades cada vez mayores, los pesticidas y la manipulación posterior, no garantiza una producción de alimentos sanos y de buena calidad. Por ley se obliga al agregado de vitaminas y minerales en las harinas blancas, tan desvitalizados están. Los productos alimenticios están maquillados con conservantes, estabilizantes y los mencionados saborizantes, colorantes, etc. Todo esto nos muestra un panorama que con un poco de sano instinto uno intuye que algo no anda bien. ¿Qué hacer?

Hoy más que nunca tenemos que desarrollar conciencia. Indagar cómo se cultiva el alimento, de dónde procede, cómo se elabora, qué trabajo humano o inhumano se empleó. Apoyar e incentivar iniciativas agroalimentarias con manejos agrícolas que desarrollan conocimientos de la Naturaleza y no sólo intereses económicos, de manera de no dejar contaminación, desertización, enfermedad y hambre.

El consumidor tiene que recuperar su lugar. La mujer tiene que recuperar con más conciencia su rol en el hogar. Este es un tema muy amplio y a medida que nos acerquemos a una compresión más íntima de estos temas podremos abarcar lo que parece una paradoja: no sólo de pan vive el hombre. 

Dra. Celia Andorra, extraido de la Revista On y Va

jueves, 5 de abril de 2012

Semillas: fuente de vida


¿Existen alimentos más importantes que otros? Yo difícilmente podría contestar afirmativamente... Pero si alguien me preguntase qué tipo de alimento escogería para sobrevivir en esta vida terrenal en que me encuentro, yo tendría que contestar: “Las semillas, ya que éstas son los más importante para el sustento”. Bernard Jensen