domingo, 8 de abril de 2012

Alimentacion hoy

Por poseer cuerpo, alma y espíritu, la alimentación del hombre difiere de los animales. Todos los alimentos que el hombre ingiere tienen que ser digeridos y transformados interiormente para que sean susceptibles al obrar de las fuerzas anímico - espirituales. Estas con gran sabiduría construyen y modelan el cuerpo a la medida de su destino. Nadie entre los múltiples millones de seres humanos, posee el mismo patrón genético o huellas dactilares. El sello individual de cada espíritu impregna minuciosamente todo el cuerpo. Si esto resulta extraño también resultará pretender que sean los mimos ladrillos de una construcción, los que se ordenen para dar la forma a una casa. El arquitecto diseña la forma de una casa como el espíritu la suya. Así podremos entender que la nutrición concierne al hombre entero, es decir, no sólo al cuerpo separado de lo anímico - espiritual sino al cuerpo que es resultado del obrar de las fuerzas anímico espirituales.


Hasta la segunda dentición el niño crece desde las fuerzas formativas que irradian desde la cabeza hacia todo el cuerpo, es decir que en alimentación hay que diferenciar las diferentes fases de desarrollo. En los primeros siete años de vida la nutrición del polo cefálico es primordial.

Sabemos hoy día que las necesidades energéticas del cerebro son cubiertas por el azúcar sin posibilidad de sustituto. La leche materna, notablemente rica en azúcares, juega un rol importante al igual que los cereales, los mejores sucesores de ella. No hay nada mejor para un bebe que la leche materna y los cereales. Ellos dan al cerebro en vías de desarrollo la posibilidad para que el pensar tenga un instrumento adecuado. La alimentación de los futuros padres y la embarazada con cereales, en especial centeno y trigo, ayuda en esta dirección y la miel consumida durante el embarazo ayuda a una correcta formación ósea del futuro bebe.

La avena, el arroz y el trigo por su riqueza en fósforo son importantes para el proceso pensante y el metabolismo. La cebada, el centeno y trigo por su riqueza en hierro (la harina integral contiene siete veces más hierro que la harina blanca) ayudan no sólo en la anemia, sino también en el cansancio, debilidad de concentración y apatía escolar. Tenemos que aclarar que cuando hablamos de cereales y azúcares no estamos mencionando a los refinados, inapropiados para la alimentación tanto infantil como adulta. Las golosinas, galletas y panes blancos, etc, obstruyen el aprovechamiento del azúcar a nivel cerebral. Esto es debido al proceso de refinamiento que elimina las vitaminas y minerales. En tanto que los azúcares y cereales integrales los poseen y en tal armonía que facilitan su aprovechamiento, despejando las funciones del pensamiento, concentración y demás funciones corporales, tanto en niños como en adultos. 


Los vegetales, verdaderos acumuladores de luz por los procesos fotosintéticos, tienen que estar en abundancia especialmente en la dieta infantil. Ellos fortalecen el sistema metabólico a la vez que despejan la mente. Aquí mencionaremos el uso de la ortiga en sopas y ensaladas, ella es una verdadera maestra en el uso y aprovechamiento del hierro. Las avellanas son verdaderas nutridotas de nervios por lo que se les puede dar a los niños para llevar al colegio al igual que las manzanas y las zanahorias. Las raíces como las remolachas y zanahorias vigorizan los procesos cerebrales y desde el polo superior hacen sentir su beneficio en el polo abdominal, ayudando también en casos de parasitosis y su prevención. Lamentablemente los abonos minerales disminuyen el contenido de luz de los vegetales. 

En relación a las proteínas, las más adecuadas provienen de la maravillosa triada de los cereales, lácteos y frutas;  aunque estas últimas no las poseen en abundancia, tienen lo necesario para estimular el metabolismo proteico. En caso de consumo de proteína animal (carne) 20grs. diarios son suficientes y cuanto más pequeños, poca carne y preferir la blanca. La excesiva importancia que se le dio al consumo de carne ha producido excesos, sólo mencionamos el aceleramiento del crecimiento corpóreo infantil no acompañado de una maduración anímica, nerviosismo, excitabilidad, irritabilidad, agresividad y pérdida de instintos sanos en niños y adolescentes (estamos hablando sólo del aspecto nutricional).  Además propicia la tendencia precoz a la arterioesclerosis. La soja no es alimento adecuado para el hombre porque obstruye al organismo para ser portador de fuerzas anímicas espirituales adecuadas.
  
A nuestro alcance tenemos los ritmos, nuestro organismo vive con el ritmo natural anual y la  Naturaleza con sus ritmos nos proporciona generosamente lo adecuado para cada estación. La maduración de los vegetales y frutos por el sol de la estación, hace que los azúcares adquieran una cualidad y sabor superior que si maduraran en los frigoríficos. Es aconsejable comer lo de la estación y bien maduros. También hay un ritmo diario del organismo, se digieren mejor las proteínas por la mañana y mediodía y los hidratos de carbonos por la tarde y noche. Las distintas partes de la planta, actúan en diferentes regiones del organismo; en el menú podemos reconstruir la planta empleando raíces, hojas, frutos, granos, etc. Cubriendo así todo el organismo.

El comer los alimentos en un ambiente en armonía, masticando y saboreando lo que se come sin inundarlos con líquidos durante la comida, hace a la alimentación.

Actualmente se está perdiendo el instinto de lo que es calidad de los alimentos. Los seres humanos se dejan influenciar por manipulaciones artificiales en el olor, sabor, color de los alimentos que inducen a falsas necesidades alimenticias y frustraciones anímicas, al mentir al organismo con falsos sustitutos. Además se genera avidez en vez de un hambre sano.

Ya en el año 1967 el congreso internacional de dietología de Hamburgo concluye que la causal de 30 enfermedades era por una alimentación defectuosa e insuficiente. La ignorancia jugaba un papel fundamental. El 40% de la humanidad posee enfermedades del hígado, las caries dentales son habituales, aumentan cada vez más las alergias. 


Los cultivos vegetales, la manipulación y elaboración de alimentos ha llegado a la situación que no sabemos qué comemos cuando comemos. Prácticas agrícolas erróneas junto con el empleo de fertilizantes no apropiados usados en cantidades cada vez mayores, los pesticidas y la manipulación posterior, no garantiza una producción de alimentos sanos y de buena calidad. Por ley se obliga al agregado de vitaminas y minerales en las harinas blancas, tan desvitalizados están. Los productos alimenticios están maquillados con conservantes, estabilizantes y los mencionados saborizantes, colorantes, etc. Todo esto nos muestra un panorama que con un poco de sano instinto uno intuye que algo no anda bien. ¿Qué hacer?

Hoy más que nunca tenemos que desarrollar conciencia. Indagar cómo se cultiva el alimento, de dónde procede, cómo se elabora, qué trabajo humano o inhumano se empleó. Apoyar e incentivar iniciativas agroalimentarias con manejos agrícolas que desarrollan conocimientos de la Naturaleza y no sólo intereses económicos, de manera de no dejar contaminación, desertización, enfermedad y hambre.

El consumidor tiene que recuperar su lugar. La mujer tiene que recuperar con más conciencia su rol en el hogar. Este es un tema muy amplio y a medida que nos acerquemos a una compresión más íntima de estos temas podremos abarcar lo que parece una paradoja: no sólo de pan vive el hombre. 

Dra. Celia Andorra, extraido de la Revista On y Va

jueves, 5 de abril de 2012

Semillas: fuente de vida


¿Existen alimentos más importantes que otros? Yo difícilmente podría contestar afirmativamente... Pero si alguien me preguntase qué tipo de alimento escogería para sobrevivir en esta vida terrenal en que me encuentro, yo tendría que contestar: “Las semillas, ya que éstas son los más importante para el sustento”. Bernard Jensen