Las pautas utilizadas por el Dr. Jean
Seignalet en el tratamiento de sus pacientes, ha dado lugar al llamado Régimen Ancestral. Las bases
principales de este régimen son: la exclusión
de los cereales alterados genéticamente respecto a sus ancestros; la exclusión de las leches animales y de
sus derivados; el mayor consumo posible
de productos crudos; la utilización
de aceites vírgenes obtenidos por primera presión en frío; la preferencia por los productos orgánico o
biológicos; y una suplementación vitamínica y mineral a dosis fisiológicas
(idénticas a las producidas por el cuerpo). Veamos los principios fundamentales
del Régimen Ancestral de Seignalet:
1º) Exclusión de leches animales (vaca, cabra, oveja, yegua) y de todos
sus derivados. La leche de vaca es muy diferente de la leche materna y resulta
particularmente nociva para la biología humana.
2º) Exclusión de los
cereales genéticamente degenerados, sobre
todo trigo y maíz, porque han sufrido mutaciones importantes y se consumen muy
cocidos, a diferencia de los cereales salvajes ingeridos por nuestros antepasados.
Se pueden conservar el arroz y el trigo sarraceno, inofensivos y sin grandes
mutaciones. El Dr. Seignalet demuestra con un estudio de evolución filogénica,
que el arroz posee una característica particular respecto a los demás cereales:
sometido a manipulaciones agrícolas, tiende a volver a su estado salvaje
inicial; el arroz actual es muy similar a su ancestro prehistórico, cosa que no
ocurre con el trigo y el maíz. Además las proteínas del arroz, aunque alteradas
por la cocción, se toleran mucho mejor que las de otros cereales cocinados.
Seignalet evita pronunciarse acerca de otros cereales (africanos, asiáticos o
americanos), por falta de mayores elementos de juicio.
3º) Exclusión de los productos demasiado cocidos, por el hecho de que
la cocción genera nuevas moléculas (isómeros, moléculas de Maillard,
hidrocarburos aromáticos policíclicos y aminas heterocíclicas cancerígenas)
inaccesibles a nuestras enzimas. Seignalet aconseja comer productos crudos o
cocidos por debajo de 110°C, porque es a partir de dicha temperatura que se
forman las estructuras peligrosas. Carnes, pescados y yema de huevo están
autorizadas, pero bajo forma cruda o “suavemente” cocida. En la cocción se
recomienda el vapor, el estofado, el escalfado o el cocimiento a fuego lento. Se
desaconsejan parrilladas, frituras y horneados, procesos que generan
temperaturas de entre 200 y 700ºC.
4º) Exclusión de los aceites extraídos en caliente o refinados, que
contienen hexano tóxico, ácidos grasos saturados peligrosos e isómeros “trans”,
inabordables por nuestras enzimas y muy nocivos. Hay que utilizar aceites
crudos, extraídos por primera presión en frío y vírgenes (no refinados).
5º) Exclusión de productos contaminados: aditivos alimentarios
(colorantes, conservadores, estabilizantes...), pesticidas, abonos, hormonas,
antibióticos administrados a los animales, etc. Esto significa buscar alimentos
de la mejor calidad, preferentemente biológicos o de producción natural.
6º) Suplementación en minerales, oligoelementos,
vitaminas, antioxidantes, fermentos lácticos y ácidos grasos esenciales. Las
carencias de vitaminas y minerales son muy frecuentes en nuestra época, debido
a las aberraciones en los métodos de producción agrícola y ganadera. Los
fermentos lácticos contribuyen a restaurar un buen equilibrio intestinal. Los
ácidos grasos esenciales, además de sus acciones inmunomoduladoras y
antiinflamatorias, contribuyen a la integridad de la pared intestinal. Los
antioxidantes capturan los radicales libres, muy nocivos y abundantes en el
proceso de “ensuciamiento”.
El Dr.
Seignalet recomienda consumir frutas, verduras, legumbres, frutas secas,
semillas, germinados, aceites de presión en frío, especias condimentarias, miel
y polen. Carnes, pescados y huevos son tolerados si no provienen de cría industrial,
consumidos con escasa cocción y una sola vez por día. Las bebidas alcohólicas
de fermentación natural se permiten en pequeñas cantidades. Se prohíbe el
azúcar blanco y sus derivados, la sal refinada, las conservas y el tabaco.
También recomienda evitar al máximo los alimentos cocidos y las comidas
copiosas.
Extraido de "Productos saludables Prama" www.prama.com.ar